Mujeres en cadena

miércoles, 30 de noviembre de 2011

5 razones para dejar de decir Muy bien!!

Este es un artículo muy conocido de Alfie Kohn que se ha publicado en múltiples blogs... Desde que lo lei, me cuestione cuando digo "muy bien!!" a mi hijo... es algo que nos sale automático y nos parece lo normal e incluso lo adecuado, después de leerlo lo pusé en crisis...
Merece la pena, reflexionemos y analicemos... ahí lo dejo...



Salga a un sitio de juegos, visite una escuela o aparézcase en la fiesta de cumpleaños de un niño, y hay una frase que de seguro va a escuchar: “¡Muy bien!”. Incluso los bebés pequeños son elogiados por juntar sus manos (“Bonito aplauso!). A algunos de nosotros se nos escapan estos juicios sobre nuestros niños al punto de que casi se convierte en un tic verbal.

Para que no haya ningún malentendido, el punto aquí no es cuestionar la importancia de apoyar e incentivar a los niños, la necesidad de amarlos y abrazarlos y ayudarlos a sentirse bien con ellos mismos. Los elogios, sin embargo, son una historia completamente diferente. Aquí explico por qué.

1. Manipulando a los niños. Suponga que usted ofrece una recompensa verbal para reforzar el comportamiento de un niño de dos años que come sin regar, o de un niño de cinco años que limpia sus materiales de arte. ¿Quién se beneficia de esto? ¿Es posible que el decir a los niños que han hecho un buen trabajo tenga menos que ver con sus necesidades emocionales que con nuestra propia conveniencia?

Rheta DeVries, profesora de educación en la Universidad del Norte de Iowa, se refiere a esto como “control con cubierta de azúcar”. Muy parecido a las recompensas tangibles – o, para el propósito, castigos – es una forma de hacer algo a los niños para conseguir que ellos cumplan con nuestros deseos. Puede ser efectivo en producir estos resultados (al menos por un tiempo), pero es muy diferente a trabajar con los niños – por ejemplo, entablar una conversación con ellos a cerca de qué es lo que hace a una clase (o a una familia) funcionar sin problemas, o cómo otras personas son afectadas por lo que hemos hecho – o dejado de hacer. Este último enfoque no solo que es más respetuoso si no que no es efectivo para ayudar a los niños a convertirse en personas reflexivas.

La razón por la cual los elogios pueden funcionar a corto plazo es que los niños pequeños están hambrientos de aprobación. Pero nosotros tenemos la responsabilidad de no aprovecharnos de esta dependencia para nuestra propia conveniencia. Un “¡Muy bien!” para reforzar algo que hace nuestras vidas un poco más fáciles puede ser un ejemplo de tomar ventaja de la dependencia de los niños. Los niños también pueden empezar a sentirse manipulados por esto, incluso si ellos no pueden explicar a ciencia cierta por qué.

2. Creando adictos a los elogios. De seguro, no todo uso de elogios es una táctica calculada para controlar el comportamiento de los niños. Algunas veces felicitamos a los niños solamente porque estamos genuinamente complacidos por lo que han hecho. Sin embargo, incluso en esos casos, vale la pena poner más atención. En lugar de aumentar la auto estima de un niño, los elogiados pueden incrementar su dependencia hacia nosotros. Mientras más decimos “Me gusta la forma en que tú....” o “Muy bien hecho...”, incrementa la dependencia de los niños hacia nuestras evaluaciones, nuestras decisiones acerca de lo que está bien y mal, en lugar de aprender de sus propios juicios. Esto los lleva a medir su valor en términos de lo que a nosotros nos hará sonreír y darles un poco más de aprobación.

Mary Budd Rowe, una investigadora de la Universidad de Florida, descubrió que los estudiantes que eran elogiados profusamente por sus profesores eran más indecisos en sus respuestas, más proclives a responder en un tono de voz de pregunta (“mm, ¿siete?”). Tendían a retractarse de una idea propuesta por ellos tan pronto como un adulto mostraba su desacuerdo. Además, tenían menos tendencia a perseverar en tareas difíciles o compartir sus ideas con otros estudiantes.

En resumen, “Buen trabajo!” no les da seguridad a los niños; en última instancia, los hace sentirse menos seguros. Este tipo de frases puede incluso crear un círculo vicioso en el que mientras más recurrimos a los elogios, más parecen los niños necesitarla, por lo que los elogiamos aún un poco más. Penosamente, algunos de estos niños se convertirán en adultos que continúan necesitando a alguien que les dé una palmada en la espalda y les diga si lo que hicieron estuvo bien. De seguro, esto no es lo que queremos para nuestros hijos e hijas.

Buscar nuestra diosa interior...

Maravillosa mujer, interesantes sus libros y sus artículos...

Entrevista con Shinoda Bolen, Doctora en Medicina, Analista Junguiana, escritora.

-¿Quejarse es perder el tiempo?
-¡Claro!
-Hay mucho que aprender...
-Por eso a mí me interesan las mujeres maduras, con humor y activas.
A partir de los 40 años empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la cantidad de cualidades potenciales que hay dentro de ti.
Entonces te entran ganas de convertirte en bruja.

-No sé yo...
-Se lo diré de otra manera: una persona con poder personal.

-Eso me gusta.
-Las brujas sabias dicen la verdad con compasión, y no comulgan con lo que no les gusta, pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes.
Algunos hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder.

-¿Algo más?
-Sí, las brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor; son atrevidas, confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo, improvisan, no imploran, ríen, y tienen los pulgares verdes.

-¡...!
-Tienen mano con las plantas. Y también con los animales.
Primero aprenden a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento.
Saben reconocer lo frágil y lo que tiene valor, y también lo que debe ser podado.

-¿Y hay que esperar a la vejez para ello?
-Cuanta más edad, más camino aprendido.
La observación compasiva de la vida de los demás te enseña mucho, y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando.
Hay casos, pocos, de sabias a partir de los 30 o 35, pero esas a los 60 son increíbles.

-¿Qué nos quiere transmitir?
-Que las mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero que si no lo hacen ahora, probablemente ya no lo harán.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Manejo de la ira para mamás

La ira aparece muchas veces, el descontrol de nuestras emociones ante situciones que van sucediendo en nuestro cotidiano... No siempre tenemos las herramientas y/o capacidad para manejar conflictos que nos aparecen con nuestros hijos, pero lo mismo nos ocurre en nuestra vida diaria no es así?...
Culpabilizarnos sirve de poco pero sí, tenemos que ponerle conciencia y sobre todo, es labor de cada un@, buscar recursos para ir lidiando con estos momentos que nos van apareciendo y no dejarlos pasar porque tienden a repetirse...
En este artículo, vienen algunos tips de una madre experimentada... pero bueno, nos habla de su experiencia... ahora tendremos que ver si se adaptan y nos sirven para nuestra realidad concreta...


Del Blog Criar Creando

Es un pequeño y sucio secreto. Las buenas madres se enojan. Algunas veces llegamos a enfadarnos muchísimo. Las amas de casa se enojan, las mamas que trabajan se enojan, todas las madres lo hacen. Te lo digo yo. Soy madre de 4 niños pequeños, dos de ellos con mucho carácter. Los niños son niños, y como tales se meten en problemas, pelean, descomponen cosas y discuten contigo.
Como adulto, frecuentemente es difícil comprender a niños con comportamiento irracional, destructivo, desordenado y escandaloso.

Enojarte no significa que no ames profundamente a tus hijos. De hecho, es verdaderamente lo opuesto. Si no nos importara, nunca nos enojaríamos. El enojo es una reacción natural de cuando llegan a tu límite. Hasta el respetable Dr.Spock admitió haber gritado “Cállate!!” a su bebe cuando no dejaba de llorar a media noche. Entonces, porque nos da tanta vergüenza de admitir que compartimos una emoción tan humana?
Desafortunadamente, como madres nos ponemos estándares tan altos e imposibles para nosotras mismas. De hecho, es ilusorio esperar que pasemos las horas del dia con nuestros hijos y nunca nos enojaremos. Asi que lo importante, es como elegimos manejar nuestra ira.

Aqui hay algunos tips de ayuda que he aprendido en mis once años como un muy imperfecta madre de familia.
EVITA TUS ‘ DISPARADORES’
Así como mucha de la disciplina moderna incluye que mantengas a tu hijo fuera de situaciones que lo molesten, igualmente el manejo del enojo conlleva mantenerte fuera de situaciones potencialmente explosivas. Si sabes que perderás la calma cada vez que tu hijo invita a cierto amiguito a la casa; en su lugar, invita a un amiguito mas tranquilo.
Si sabes que dos de tus hijos siempre pelean en el carro, siéntalos lo más alejados posible y quizás hasta podrías ofrecerles alguna distracción.

Si llevar a tu hijo a cierta actividad es abrumador, dejen de ir a la actividad por un tiempo. Algunas veces es mejor alejarse de una actividad que tener que estarle gritando a los hijos cada semana en el camino.
Recuerda, los niños necesitan tiempo para desenvolverse con juegos nuevos y sin estructura mas de lo que necesitarían con las actividades diarias y bien conocidas.

viernes, 11 de noviembre de 2011

La luna y la mujer

Este es un artículo que tenía pendiente... la relación de la luna con nuestra menstruación...

A nivel psicológico, la menstruación tiene un importante papel en la forma en que procesamos información, en la creatividad y en la conexión con nuestro inconsciente. Está muy documentada la estrecha relación entre el psiquismo de la mujer y el funcionamiento de los ovarios a través de las hormonas.


LAS FASES MENSTRUALES

Podemos hablar de 2 grandes fases menstruales:

La fase folicular tiene lugar en el momento de la ovulación.

Esta representa la creatividad en su estado máximo, una energía extrovertida y social.

Las mujeres en esta fase somos fértiles en todos los sentidos y es una muy buena época para iniciar nuevos proyectos. Además, el aumento del nivel de estrógeno que conlleva la ovulación se ha relacionado con un aumento de la actividad del hemisferio cerebral izquierdo (fluidez verbal, pensamiento lógico) y una disminución en el derecho.

En muchas mujeres el deseo sexual está en su apogeo a mitad del ciclo y nuestro cuerpo secreta en el aire hormonas que se asocian al atractivo sexual. Nuestra sociedad de la acción acepta y aplaude esta fase y estas actitudes de la mujer.

Por el contrario no se muestra tan condescendiente ni comprensiva con la fase lútea, desde después de la ovulación hasta el comienzo de la menstruación, que representa un periodo de evaluación y reflexión que invita a reducir el ritmo, descansar y alejarnos de nuestros quehaceres diarios, algo socialmente mal visto.

En esta fase es cuando las mujeres están más sintonizadas con su saber interior, con lo que no funciona en su vida y con la capacidad de transformarlo. Los sueños son más frecuentes y más gráficos durante las fases premenstrual y menstrual porque hay más acceso al inconsciente.

Y hay evidencias científicas de que antes de la menstruación se activa más el hemisferio cerebral derecho, el relacionado con la intuición, y disminuye la actividad del izquierdo.

martes, 8 de noviembre de 2011

Cuando pensar es un castigo...

Reflexionemos sobre los métodos habituales de castigo, son necesarios? son eficaces?
Para empezar nos deberíamos de plantear si el castigo es conveniente... y hasta que punto tiene resultados y  si realmente es un método de aprendizaje...
El rincón de pensar, muy habitual, es el camino más corto... porque explicar, reflexionar con el niñ@ sobre su actuación, pasar tiempo con él ... exige que le dediquemos un momento y a veces no lo tenemos...
Mi pregunta es, hay respeto hacia ellos cuándo les castigamos? les castigamos para que aprendan? y si aprenden, qué es lo que están aprendiendo...
No creo que el castigo es la forma y el método eficaz, es lo rápido, eso sí... Si lo queremos hacer de otra manera, tenemos que mirar a nuestro hij@, ver si realmente el castigo funciona con él, armarnos de paciencia y reflexionar cómo cambiar aquel comportamiento que no nos parece adecuado, desde el poder o desde el Amor.
Esto exige muchas veces un trabajo personal que tenemos que hacer cada un@... y esto, sí, lleva tiempo y esfuerzo por nuestra parte...
Cada uno elegimos nuestra forma, nuestra camino... siempre desde la consciencia...


Poner a un niño de cara a la pared, arrodillado y haciéndole sujetar un par de pesados libros con cada mano no está bien visto. Pegarle es, incluso, ilegal en un gran número de países. En las sociedades occidentales los padres suelen disponer de poco tiempo (y, en ocasiones, de pocas ganas) para buscar otras formas más eficaces de disciplinar a los hijos. De ahí que un programa televisivo nefasto como es la Super Nanny haya tenido tantísimo éxito.

Como los castigos, en el sentido tradicional del término, empiezan a ser políticamente incorrectos, los adultos hemos recurrido no a nuevas estrategias sino a nuevos eufemismos. Hay un castigo clásico llamado “time out” (tiempo fuera) que consiste en aislar durante cierto período de tiempo al niño que se ha portado mal. En primer lugar, deberíamos revisar el concepto de “portarse mal”. ¿Se ha portado mal el niño de dos años que ha derramado el vaso de leche porque todavía no ha terminado de desarrollar su motricidad fina? ¿Se ha portado mal el niño que ha montado un escándalo porque no quería bañarse a la hora que tú has decidido que debía hacerlo? En segundo lugar, deberíamos revisar, también, nuestras normas que, normalmente, son arbitrarias y tienen poco sentido. ¿Es realmente tan importante merendar a las cinco y no a las seis de la tarde? ¿O tendría más sentido que el niño merendara cuando tuviera hambre? ¿Es tan importante ver la tele sólo durante una hora al día? ¿O tendría más sentido negociar con él para que pueda ver su programa favorito completo en vez de disponer sólo de cierta cantidad de tiempo?

El vínculo y amamantamiento...

Me ha gustado este artículo que me han pasado de Lic. Mónica Tesone.
Describe una vez más como dar pecho es más que simplemente alimentar al bebé... Es necesario crear un buen vínculo para luego deshacerse de él cuando llega el momento... Los brazos, el amor, el sostén... ayudan a crearlo pero el pecho también, ese lugar seguro donde los bebés encuentran su lugar de protección...




Qué entendemos por vínculo? Una ligazón entre dos, relación que se establece con el otro, unión.
El primer vínculo será el prototipo o molde de futuras relaciones.
La palabra vínculo encierra toda la historia de la vida de una persona en relación con los demás.

Las primeras experiencias vinculares dejan una huella que se proyectará en la vida de cada uno con singular fuerza. Y el amamantamiento representa como experiencia un encaje perfecto madre-hijo, cumpliendo la función de cordón umbilical externo.
Después del nacimiento la madre atraviesa por un período de gran sensibilidad durante el cual es sumamente vulnerable y puede optar por la preocupación y apego por su bebé o el distanciamiento.
El amamantamiento juega un rol muy importante en esta decisión.
Cuando la madre amamanta enseña a su bebé que toda relación amorosa tiene un tiempo y un ritmo necesario para lograr plena gratificación. Ella pasa por las mismas etapas de tensión, actividad y distensión sincrónicamente con su bebé, porque recibe de él estímulos para que eso suceda. Así se produce espontáneamente sintonía y sincronía entre la madre y su bebé, por medio de la imitación y el balanceo.
En los niños amamantados se potencia la reciprocidad en la relación ya que la succión del bebé afecta el cuerpo de la madre produciendo también cambios hormonales que favorecen el apego .
Numerosos estudios científicos demuestran que un niño con un buen apego en sus primeros años de vida será mas seguro de si mismo y más independiente al llegar a la edad escolar.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Somos su ejemplo

Me encanto este video... por lo que dice el niño... para no olvidarnos de ello... somos su ejemplo, tomar conciencia de lo que hacemos y decimos, les deja huella, para bien y para mal...

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